La familia de Billy Gómez en Matituy
Billy, Doralia, Neimar y Junior fueron los primeros campesinos en cultivar tomates en la región de Matituy (departamento de Nariño). Cultivaban tomates híbridos y utilizaban todo el paquete tecnológico que acompaña a este cultivo: agroquímicos y otras sustancias tóxicas. Billy sufría de migrañas crónicas. Su suegro salía de su invernadero medio paralizado. Billy y su familia estaban arruinados, enfermos y cansados de la agricultura que practicaban.
En el marco del proyecto de bibliotecas-centros comunitarios en La Florida, participaron en talleres de agroecología y cuando empezamos a experimentar con estas técnicas en el terreno experimental en Matituy, Billy trabajó duro para entender esta nueva metodología y vio los resultados.
Así es como empezaron a trabajar sin agroquímicos. No hicieron una transición. Cambiaron todo de la noche a la mañana, radicalmente. Hoy en día, trabajan incansablemente y experimentan en su tierra, sembrando varias variedades de tomates, reproduciendo semillas de variedades locales, sembrando otras especies de plantas (berenjenas, repollos, lechugas, habichuelas....). Incluso el café que han sembrado en parte de su tierra es totalmente orgánico.
Nos dijeron que querían hacer de su finca una finca escuela, enseñar a otros campesinos de la región todo lo que habían aprendido y demostrar que es posible cultivar sin agroquímica.
Los hijos de Billy, Neimar (7 años) y Junior (18 años) han aprendido en los últimos 2 años a disfrutar del trabajo en el campo. Neimar ya no come papas fritas "porque no son orgánicas", y Junior quiere estudiar agroecología.
Son miembros activos de La Tulpa: Billy da la bienvenida a grupos que vienen a visitarlo desde la ciudad de Pasto para concientizarlos de los beneficios de la agricultura orgánica e invitarlos a involucrarse más en esta cadena productor-consumidor. Actualmente asesora a otras familias campesinas en técnicas agroecológicas. Doralia, por su parte, se encarga de preparar y vender canastas en la ciudad de Pasto todos los fines de semana.
La Tulpa ha cambiado sus vidas y aunque todavía hay un largo camino por recorrer y problemas por superar, saben que hay una manera de hacer las cosas más respetuosas con su salud y el medio ambiente.
Para saber mas sobre este proyecto:
